Barry Allen está estancado. Como policía forense de Central City, su trabajo consiste en atrapar a los criminales después de que actúen. Parece que haya perdido la carrera incluso antes de abandonar la casilla de salida. Pero una noche, cae un rayo… y todo cambia. Electrocutado y cubierto de productos químicos, Barry sale del coma siendo más rápido que una bala, más rápido que el sonido y más rápido que nadie. Y más le vale, porque mientras aprende a usar unos poderes impresionantes, recorren su ciudad delincuentes de nuevo cuño como Tortuga, su antítesis, o James Jesse, también conocido como Trickster. Pero no todo van a ser aventuras épicas y victorias gloriosas. Años después de convertirse en Flash, la vida de Barry se ha visto sacudida por la muerte de otro velocista y por el fracaso de su relación con Iris West. Barry ha pasado cierto tiempo fuera de Central City, y al regresar, se topa con lo insólito: todo el mundo es feliz. Es desconcertante. Es antinatural. Además, un aliado suyo, el Comandante Frío, ha desaparecido, y todas las pistas apuntan a la polémica penitenciaría de Iron Heights. El guionista Joshua Williamson se une a los dibujantes Scott Kolins y Howard Porter para mostrarnos el pasado y el presente del Hombre más Rápido del Mundo en Flash: Año uno.